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El poder de las personas sordas

Publicado
abril 14, 2020
Por
Rosa
Tipo
Voces de la comunidad
Una joven latina con lentes hace gestos con las manos para hablar en lenguaje de señas. Lleva un suéter cuadrado.

Elijo hablar con señas

Siempre quise ir a la universidad, pero ha sido una experiencia difícil llegar allí.

Soy sorda. Algunas personas me ven y me tienen lástima. Nací capaz de oír, pero cuando tenía cuatro años, de repente me quedé sorda debido a una fiebre extremadamente alta. Mi mamá no sabía qué hacer. Nos enfrentamos a muchas preguntas: ¿Debería ir a una escuela para sordos? ¿Cómo nos comunicaremos? ¿Voy a estar bien?

Fui a la Escuela para Sordos de Lexington y fue un choque cultural, por decir lo menos. Tuve que aprender el lenguaje de señas. La transición fue difícil, pero los maestros me apoyaron y fueron pacientes conmigo. Mis habilidades en el lenguaje de señas mejoraron.

Todavía tenía un gran problema. No pude comunicarme con mi familia. Mi familia no hablaba con señas. También hablaban español y estaban aprendiendo a hablar inglés. Mi familia quería que me pusiera un implante coclear y que me comunicara oralmente.

No quería “arreglar” mi oído o cambiar quién soy. Mi familia insistió en que recibiera el implante, pero hacía demasiado ruido y no me gustaba. No terminé usándolo. Todavía preferí el lenguaje de señas y mi familia tuvo mucha dificultad con mi sordera. Estaba destrozada.

Los maestros y consejeros ayudaron a cerrar esa brecha. Ellos les explicaron a mis padres la cultura de los sordos. Los animaron a utilizar un intérprete y a estar orgullosos de todo lo que había logrado. Las cosas han mejorado. Desde entonces, incluso he aprendido más sobre mi cultura mexicana. Cuando visité México, mi prima me habló sobre el lenguaje de señas mexicano. No puedo esperar para aprender más.

A través de estas experiencias, no perdí de vista mi objetivo: la universidad. Encontré INCLUDEnyc. Diana, la educadora, me ayudó con el proceso de solicitud de ingreso a la universidad. Necesitaba ayuda para articular estas experiencias en mi declaración personal. Solicitar ayuda financiera también fue complicado. Con ayuda y apoyo logré mi objetivo.

Hoy, voy a la universidad y estudio mi pasión: el diseño. Me encanta trabajar con arcilla y crear esculturas de cerámica. También pinto, dibujo y creo dibujos animados en mi tiempo libre. El arte me hace sentir en paz y puedo expresarme sin decir una palabra.

Lo más importante es que estoy orgullosa de quién soy. Elijo hablar con señas. Con orgullo enseñó a otros a hablar con señas. Les enseño el poder de los sordos.

Rosa participa en el programa Project Possibility de INCLUDEnyc, que da apoyo intensivo a los jóvenes que están en transición a la vida adulta. Este programa es posible gracias a la financiación principal de The Taft Foundation, Con Edison y J.E. & Z.B. Butler Foundation, entre otros patrocinadores.